martes, 7 de agosto de 2012

DIARIO DE INFANCIA: PÁJAROS

No me di cuenta hasta que, ya adulto e incapacitado, la nostalgia me atrapó y tuve que ponerme a ver fotos antiguas.

Todas las mujeres que me gustaban en la infancia, tenían los mismos ojos.

No importaba el color. Podían ser ojos celestes, marrones, color miél, verdes, oscuros.
Pero, en algo todos esos ojos eran identicos.
Eran ojos de gorrión.

Ojos cuya pupila no dejaba espacio al blanco. Ojos humedecidos, tristes, que miran siempre hacía los fantasmas del futuro. Ojos con esa tristeza tan alegre. Que, mas que tristes, son ojos conmovidos por el mundo.
Mujeres con ojos que te daban ganas de abrazarlas, de convertirte en refugio de sus humanidades transparentes, ocultas, fragiles. Que te daban ganas de protejer sus miradas de la inmensidad. Porque, solo ellas podían ver la inmensidad.

Mujeres con  ojos perdidos en el árbol (porque saben que el arbol es un mapa del universo).
Mujeres con ojos perdidos en las alturas.

Cuando la veo a ella me doy cuenta, que ella es un gorrón más. Admito que paso el tiempo buscandole las alas. Y despues, una vez más, lo entiendo.

Las alas están en el fondo de sus ojos.

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